Los niños aprenden a controlar los esfínteres a diferentes edades. La capacidad de controlar la vejiga es una función que aumentará gradualmente, a medida que tu hijo cumpla años.
Alrededor de los dos años de edad los niños comienzan a interesarse por ir al baño y desean ir allí a orinar “como los mayores”. Tu hijo puede controlar su vejiga pero hasta cierto punto, y tendrá problemas para aguantar cuando tenga que esperar. Ya a los cuatro años de edad la mayoría de ellos puede controlar su vejiga, lo que significa que pueden esperar un poca antes de ir al baño y que pueden vaciar sus vejigas cuando se les pide (“ve al baño antes de ir al parque”). Si no es el caso de tu hijo, quizá padezca enuresis.
¿Qué es la enuresis?
La enuresis es el término médico utilizado para definir la persistencia incontrolada de micciones más allá de la edad en la que se alcanza el control vesical (4-5 años como edad extrema), durante al menos 1 ó 2 veces por semana. Según el momento del día en que se produzca se distingue entre diurna (afecta a un 5-10% de los niños) o nocturna, la más común. Si el niño nunca ha dejado de hacerse pis, los médicos se refieren a ella como enuresis primaria; si por el contrario las micciones aparecen tras un período de continencia previa, de al menos 6 meses, entonces hablamos de enuresis secundaria.
La gran mayoría de los niños con enuresis presentan sólo enuresis nocturna (80%), y menos del 5% de ellas tienen un origen patológico.
Mojar la cama puede resultar irritante y molesto para un niño, especialmente si son mayores. Probablemente se sienta mal y en ocasiones avergonzado. Ante todo piensa que no lo hace a propósito y seguramente él será el más interesado en atajar el problema, así que castigarle, regañarle o ridiculizarle para que deje de hacerlo no dará ningún resultado positivo.
Las causas que provocan la incontinencia urinaria dependerán del tipo de enuresis del que se trate. Pero en líneas generales podemos destacar: Retraso en la maduración del sistema nervioso, vejigas pequeñas, sueño profundo, producción insuficiente de hormona antidiurética, razones genéticas, factores emocionales, infecciones… La mayoría de estos factores escapan del control
de tu hijo, pero con apoyo, paciencia y algunos consejos pronto llegará el día en que dejará de mojar la cama.
Tratamiento
La mayor parte de los niños menores de 7 años aprenden a no mojar la cama por sí mismos, sin necesidad de ningún tratamiento médico. No obstante, si continúa haciéndolo pasada esa edad o afecta a su desarrollo social (comienza el cole, duerme fuera de casa, etc.) es recomendable pedir consejo médico para abordar el problema.
En los demás casos estos consejos podrán ayudar:
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Lola García-Amado
Publicado en Todopapás nº52 2010