Hoy en día la mayor parte de los adolescentes europeos tienen uno o varios perfiles registrados en alguna red social. Solo en España, la red social Tuenti cuenta con más de 10 millones de usuarios activos. Los medios online tienen cada vez mayor éxito entre los menores de edad y los primeros contactos con las redes sociales se producen cada vez a edades más tempranas, por eso los padres deben estar bien preparados para educar a sus hijos en el uso adecuado de las nuevas tecnologías.
Para ello es muy importante que los progenitores obtengan también sus propios perfiles en las redes sociales de sus hijos. Esto no significa que deban adoptar una conducta invasiva, ya que la falta de privacidad genera desconfianza en los adolescentes. Se trata simplemente de estar al corriente de los contenidos que circulan a través de las redes, manteniendo la distancia y el respeto por la independencia de los jóvenes.
Del mismo modo que en el mundo físico educamos a nuestros hijos a no relacionarse con extraños, hay que educarles para no admitir a personas desconocidas en sus círculos sociales en Internet. Debemos advertir a los jóvenes de la existencia de perfiles falsos y enseñarles a denunciar inmediatamente cualquier tipo de conducta sospechosa.
También es muy importante conocer la política de privacidad de las plataformas online para ayudarles en la configuración de sus perfiles. Es necesario asegurarse de que el contenido que publican los adolescentes no puede ser visto por cualquiera, especialmente en el caso de la información y los datos personales como direcciones postales, correos electrónicos o números de teléfono.
En definitiva, se trata de adaptar los valores de buena convivencia al entorno 2.0 teniendo como premisa fundamental el respeto hacia sí mismos y a los demás. Para ello, los usuarios más jóvenes deben aprender a no compartir información sobre terceras personas sin su consentimiento y a no comportarse en redes de una forma diferente a como se comportan habitualmente.